La guerra no tiene rostro de mujer. Svetlana Alexiévich


Hace tiempo que no leía un libro con un contenido tan crudo. Celebro que este periodismo tan sensible haya sido merecedor del último Premio Nobel de Literatura. Una obra donde la labor de la periodista es escuchar unas voces que durante décadas habían sido silenciadas.

Los párrafos subrayados que dejo acá son únicamente los que aporta Svetlana Alexiévich sobre el larguísimo proceso de investigación. Sólo eso ya vale la pena.

No puedo decir que haya algún testimonio, alguna vivencia que me haya conmovido más. Aquellas mujeres, heroínas, puestas a ser lavanderas, cocineras, francotiradoras, guerrilleras, soldadas que además fueron despreciadas al volver a sus ciudades y aldeas, se merecían este libro.

Un último apunte al pasar: al iniciar el libro, la autora extracta una conversación con un historiador. Al finalizar, este señala:

...llegó a surgir cierto problema lingüístico: hasta entonces para las palabras "conductor de carro de combate", "infante" o "tirador" no existía el género femenino, puesto que nunca antes las mujeres se habían encargado de estas tareas. El femenino de estas palabras nació allí mismo, en la guerra...

En este libro están feminizadas algunas ocupaciones (lavandera, tiradora, enfermera) pero otras siguen masculinas: Efrosinia era capitán y médico, no capitana y médica; María era médico y guerrillera, no médica y guerrillera. Sucede especialmente con los grados militares. Supongo que es una cuestión de época no salvable en esta escritura, pero para re-pensar acerca de cómo nos constituye el lenguaje, ¿no?









Svetlana Alexiévich. La guerra no tiene rostro de mujer. Debate, 2015

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