Tres de Petra Delicado. Alicia Giménez Bartlett


Petra Delicado lleva protagonizando diez novelas y un libro de relatos. Yo la acabo de descubrir en búsqueda de una literatura que me permita salir del sofoco (y no hablo sólo del calor santafesino).

Se trata de una inspectora en sus cuarenta, feminista ella, con una mirada bien cruda sobre el entorno que le tocó. El resto de los personajes que la acompañan, hacen de estas tres primeras novelas que leo, una lectura ágil, para nada liviana, y muy pero muy satisfactoria.

Ritos de muerte y Día de perros tratan casos con los que nos podríamos encontrar a diario en los noticieros o periódicos de cualquier lugar del mundo. El de Mensajeros de la oscuridad resulta mucho menos común, pero sin embargo tiene mucha verosimilitud. Y mientras las investigaciones van transcurriendo, vamos identificándonos con algunos rasgos de Petra, también con otros de Garzón, nos conmovemos con ciertas soledades, nos rebelamos, reímos bastante, y pasamos unos ratos bárbaros.

Como siempre, pausa breve para ir hacia otras lecturas, pero volveré y no pasará mucho tiempo.

















Alicia Giménez Bartlett. Ritos de muerte. 1996









Alicia Giménez Bartlett. Día de perros. 1997







Alicia Giménez Bartlett. Mensajeros de la oscuridad. 1999



Resumen de la editorial:
Ritos de muerte
La inspectora de policía Petra Delicado trabaja en el Servicio de Documentación de una comisaría de Barcelona. Un día el inspector jefe la llama, le presenta al que será su subordinado, Fermín Garzón —un subinspector recién llegado de Salamanca—, y encomienda a ambos un caso de violación. Nada parece indicar que vaya a ser un caso complicado, aunque la única pista de que disponen es una marca que el violador ha impreso en el brazo de la víctima con algo así como una pequeña corona de pinchos, que produce una herida cuya forma recuerda a una flor…
 Día de perros
A la inspectora Petra Delicado y al subinspector Fermín Garzón les cae un caso aparentemente poco brillante: se ha encontrado malherido, a consecuencia de una paliza, a un individuo a todas luces marginal. El único ser que le conoce es un perro con tan poco pedigrí como su amo. El hombre muere sin recobrar la conciencia. Pero la pareja de detectives comienza una búsqueda en la que la única pista es el perro. Con un capital tan menguado los dos policías se adentran en un mundo sórdido y cruel, un torrente subterráneo de sangre que sólo fluye para satisfacer las pasiones más infames.
 Mensajeros de la oscuridad
Alguien envía por correo a la inspectora Petra Delicado una serie de paquetes con un contenido muy peculiar: penes amputados. La consiguiente investigación no arroja resultados positivos, pero a medida que la inspectora y el subinspector Fermín Garzón se van adentrando en el laberinto de minúsculas pistas de que disponen, una realidad monstruosa va cobrando forma. Los lúgubres envíos no son producto de una mente perturbada ni de un enajenado mental, sino de algo de proporciones mucho más inquietantes.

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