Triste, solitario y final. Osvaldo Soriano


"Cuando yo escribo, se llena de gatos el lugar donde yo estoy", dice Osvaldo Soriano en la entrevista que comparto más abajo. Tenía una relación que él definió como "mágica" con los gatos y fue uno de ellos el que le dio la clave para esta novela.

Triste, solitario y final es la marca del ingreso de los libros "de grandes" a mi casa. Del diario Página 12 y de revistas políticas como Humor o más adelante El Periodista.

Mi paso de la niñez a la adolescencia lleva el sello del Gordo, y su relectura y esta novela en particular me transportan a tiempos difíciles pero más felices. Es porque entonces, el Gordo estaba entre nosotros.






Osvaldo Soriano. Triste, solitario y final. Bruguera, 1983 (1974)

Resumen de la editorial:
Triste, solitario y final es una celebración de la literatura y el cine, un libro regocijante y piadoso, lúcido y cruel, que se alza con vuelo propio desde los límites de la ficción: la tumba de Stan Laurel en Forest Lawn y el poético paseo de Raymond Chandler por una playa de Bay City son los sugestivos extremos de de una obra cuyas claves describen -y añoran- una armonía ausente.

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