Doble fondo. Elsa Osorio


Los meses de marzo siempre me producen una sensibilidad extrema que se traslada a la literatura. El 8 y el 24, cada uno con sus reivindicaciones, con las luchas de siglos o décadas que acarrean. Intento que mis lecturas tengan que ver con ello, a veces se da, otras no. En María Moreno y su Oración encontré un mix de ambas fechas.

Me decidí por Elsa Osorio y su última novela para continuar. Releí antes de comenzar con Doble fondo, a las apuradas, A veinte años, Luz. Imagino a un/a extranjero/a que leyera estas novelas, o, para no cruzar fronteras, a argentinas y argentinos no demasiado informados. Pero salgo bastante rápido de esa fantasía: no escribiré sobre extranjerxs, pero por acá, habrá muchos desinformados, pero pocos serán los no contaminados por esa lacra que se extiende aún en lugares impensados y que hace vociferar (si se permite la expresión) en redes sociales posiciones escuchadas y replicadas sin lugar a una mínima reflexión.

Decía que cualquiera que leyese ambas novelas (también Cielo de tango) podría pensar en exageraciones, o ciencia ficción, y hasta en "excesos" o fantasías para encontrar "ganchos" literarios. "Asesinos seriales" nombra una de las protagonistas de la novela a los genocidas de este lado del mundo. No se me habría ocurrido. Pero es muy buena expresión.

Luego, el libro deshace algunos lugares comunes (de esos que abomino antes, pero de los que fui parte alguna vez): la literatura permite humanizar, en este caso, a una mujer que no quiso compartir la cama con su represor, aunque lo hizo; alegremente alguna vez se tildó algunas de ellas de traidoras, pero eran la vida, la muerte, la picana, el / la / las / los hijxs o... O... O... Habrá que llamarse al silencio algunas veces, habrá que escuchar más. "Pasen música", dijeron por ahí si no hay nada para decir.

No estoy taaaaan segura de que el estilo de Osorio me convenza del todo, de lo que sí estoy segura es de que estas historias son necesarias.





Elsa Osorio. Doble fondo. Tusquets, 2017

Resumen de la editorial
En 2004, el cuerpo de Marie Le Boullec, una médica respetada, aparece ahogado en las costas de un tranquilo pueblo en Francia. Muriel, una joven y apasionada reportera que cubre la noticia para el diario local, intuye que no se trata de un suicidio. Y con la ayuda de un singular equipo, inicia una investigación paralela.
En los años setenta, Juana Alurralde, una militante montonera, prisionera en la ESMA, logra sobrevivir y que liberen a su hijo de 3 años, secuestrado con ella. Pero el costo es muy alto. Protegida por un marino, es destinada a trabajar para el Centro Piloto París. Las decisiones de Juana serán cada vez más difíciles y probarán sus propios límites.
Presente y pasado se entrecruzan, y es la obstinada Muriel la que reconstruye la historia de una mujer valiente, la obsesión de un asesino y la búsqueda de Matías, un hijo que no perdona las decisiones de su madre.
Basada en investigaciones y testimonios de sobrevivientes, Elsa Osorio une con maestría y sensibilidad las voces de una tragedia que ahonda en dilemas éticos y humanos. Una novela conmovedora e intensa que se aferra a la vida.


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